• Prepara a tu familia para el siglo XXI

    Es un hecho conocido que hoy en día la tecnología nos ha hecho la vida mucho más fácil. Como resultado de esto, la mayoría de nosotros llevamos un estilo de vida acelerado. Ya sea trabajo, estudios o intereses personales, la mayoría de las cosas exigen mucho de nuestro tiempo. Naturalmente, a las familias les resulta difícil pasar tiempo juntas. Entonces, en tal escenario, criar hijos puede resultar realmente desafiante y abrumador.

    Existe la necesidad de una crianza adecuada en este siglo XXI que no sólo ayude a los niños con sus necesidades de desarrollo sino también con sus necesidades sociales y emocionales. Estos son algunos de nuestros mejores consejos sobre la crianza de los hijos en el siglo XXI:

    • Encuentra tiempo para tus hijos: Es importante que las familias pasen tiempo de calidad juntas. Si eres un padre que trabaja, es fácil dejarse llevar por tu trabajo y olvidarte de cuidar a tus hijos todo el tiempo. Cuando les brindas a tus hijos toda tu atención, ayudas en su desarrollo, tanto mental como emocional.
    • Se creativo con la crianza de tus hijos: ¿Cuántas veces has pedido a tus hijos que recojan sus juguetes y al final tú has tenido que hacer la tarea? La mayoría de los padres estarán de acuerdo con esta experiencia en la que intentan asignarles una tarea a sus hijos, pero no la toman en serio. Ahí es cuando necesitas entender que tienes que ser creativo con tu crianza del siglo XXI para poder superar a tus hijos. Te sorprenderá saber cómo la crianza creativa puede tener un impacto positivo en ellos.
    • Reconoce los logros de tus hijos: Como padres, es importante que reconozcamos los logros importantes de nuestros hijos. Puede ser algo grande como que tu hijo participe en un recital de piano o aprenda a hacer tareas sencillas en casa. Recuerda que cada niño aprende a su propio ritmo. Así que asegúrate de evitar comparar a tu hijo con otros chicos. No olvides elogiar y reconocer todo el proceso de tu hijo para intentar lograr algo en lugar de centrarse únicamente en la victoria.
    • Ayuda a tu hijo a ser independiente: Dependiendo de la edad de tu hijo, debe buscarse oportunidades que le permitan hacer cosas por sí solo o tomar decisiones independientes. Si tu hijo es pequeño, puedes comenzar haciendo que se cepille los dientes solo y enseñándole a mantener sus juguetes en su lugar. Para un adolescente o niños mayores, puede pedirles que te ayuden con tareas domésticas sencillas, como poner la mesa, lavar su propio plato, etc. Recuerde elogiar a tu hijo cuando intente tomar una decisión independiente.
  • Algunos cambios fundamentales en las relaciones familiares

    La familia tradicional, tal y como la conocemos, tiene unos roles bien diferenciados, que sin remedio han tenido que adaptarse a los buenos tiempos. En la actualidad existen varios tipos de familia, no solo aceptados por la burocracia, sino también por la sociedad, lo que está siendo más complicado. Pero desde tiempos ancestrales, cuando la familia era una comunidad unida por los lazos de sangre, y estaba compuesta de padre, madre e hijos, todos tenían su papel perfectamente diferenciado: el padre era el sustentador y protector del clan, la madre la que cuidaba de los miembros, y los hijos los que debían seguir las lecciones de los padres hasta que llegaran a crear su propia familia.

    En realidad, estos papeles se siguen manteniendo, porque es necesario que uno sustente, otro cuide de los más débiles o vulnerables, y estos aprendan a valerse por sí mismo por las enseñanzas de los más veteranos. Cuando se habla de familias monoparentales, es un único progenitor el que debe asumir ambos roles; cuando son familias homoparentales, ambos deben repartirse las funciones según su disponibilidad o habilidad. La función de los padres es proteger, enseñar y dirigir a los hijos hasta que tengan sus propias familias, inculcándoles valores como la responsabilidad, la moralidad, la educación… y los que ellos consideren que los harán ser personas independientes y autosuficientes, y capaces de crear una familia más adelante.

    Claro que el concepto de familia está cambiando, como has podido ver; hasta el punto que uno puede llamar «hermano» o «padre» a alguien que ni tiene tu sangre, ni te ha criado, ni ha crecido contigo. Esta unión se hace en base a ciertas vivencias, y son lazos a veces verdaderamente fuertes. Un ejemplo sería el ejército, donde los soldados se llaman hermanos unos a otros; otro menos serio y más anecdótico, las comunas hippies de los años 70. De hecho, no es necesario irnos hasta el siglo pasado para encontrarnos con una de ellas: en La Rioja apareció una de estas hace un par de años, haciéndose llamar la Familia Arcoiris. Todo muy «flower power«, como puedes ver, y realmente adoptaron el estilo de vida hippie: amor libre, desapego por las cosas familiares, nudismo e incluso el ser nómadas. La cosa no acabó demasiado bien, pues fueron desalojados del lugar en la sierra donde se instalaron por desórdenes públicos y ocupación de espacios protegidos; pero seguro que siguieron con su forma de vida en algún lugar.

    Retomando el tema, ¿qué pasa cuando algunos de estos roles familiares se distorsiona? Padres que dejan sus funciones, voluntariamente o involuntariamente, y son cuidados por sus hijos, o hijos que deben aprender a cuidarse por sí mismos. O incluso, los hijos que adoptan las funciones propias de uno de los progenitores, y que el otro acepta como algo natural; también en este caso pueden ser otros familiares en distintos grados, adoptando papeles que no les corresponde. Sí, estoy hablando del incesto xxx, algo muy real que existe en el mundo de hoy, y no solo en los videos porno que vemos en las páginas web para adultos. La pornografía nos ha enseñado que eso es una situación muy morbosa, y ciertamente funciona para excitar al público que consume porno gratis; de hecho, es una de las categorías más visitadas, aunque los cibernautas saben que están viendo algo que no es real, solo una fantasía creada por actores, ya sean profesionales o amateur.

    Sin embargo, sabemos que esto pasa en nuestro mundo con más frecuencia de la que pensamos. Hay que tener en cuenta que, en la antigüedad, las uniones interfamiliares no eran nada extraño; de hecho, se intentaba así preservar la casta de cierto clan. Como en el Antiguo Egipto, donde los matrimonios entre hermanos, padre y hija o madre e hijo eran bastante comunes entre los faraones, intentando preservar su origen divino. Más tarde, se dejó de tener esa clase de uniones de parientes entre grado tan cercano, quizá porque resultaba antinatural sentir atracción entre ellos, o porque se dieron cuenta de los riesgos de la endogamia. Pero aún llegamos al siglo pasado, donde se seguían dando matrimonios entre tíos y sobrinas, o entre primos en grado más o menos próximos.

    Sin embargo, el incesto no es algo que esté bien visto en la sociedad, ya sea por cuestiones morales, biológicas o simplemente tradicionales. Quizá en el Tercer Mundo o en ciertas tribus aborígenes se sigan dando como algo natural, pero eso no pasa en partes del mundo más desarrolladas. O no pasa de forma políticamente correcta, porque cada caso que conocemos nos horroriza, ya que no lo sentimos como algo natural. Los roles familiares que tenemos bien arraigados en nuestro ser no permiten que nos sintamos atraídos por familiares cercanos en línea de sangre directa; los que son más lejanos…. Bueno, ¿quién no ha jugado alguna vez a los médicos con un primo/a? Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

  • El papel de la familia en la nueva era

    La familia es uno de los tipos más básicos de actividad humana, una condición esencial para el funcionamiento de la sociedad y un elemento importante de su autoorganización. La institución de la familia tiene una influencia significativa en el progreso económico y la cultura política de la sociedad. La actual situación socioeconómica del mundo y el actual proceso de globalización han propiciado el desarrollo de la familia como institución cultural . Existen diferencias significativas entre lo que era la familia en el siglo XX y lo que ha llegado a ser en el XXI, justificadas por factores sociales, económicos, culturales y otros.

    Las funciones familiares son profundamente históricas y su naturaleza y jerarquía cambian con el tiempo. Algunas de ellas quedan completamente olvidadas y otras más apropiadas reemplazan a otras en las nuevas condiciones sociales. Los cambios en los niveles de vida en las últimas décadas han provocado cambios en la mentalidad de los jóvenes y su orientación hacia la familia. Esto contribuyó al surgimiento del modelo de familia moderno, que reemplazó al tradicional establecido. Los padres tuvieron que gastar más dinero e invertir enormes recursos emocionales en la crianza de sus hijos.

    Otro cambio crítico que no pudo evitar impactar a la familia y los roles familiares fue el rápido aumento en el nivel de educación de las personas, especialmente de las mujeres. Las exigencias cada vez mayores en materia de crianza y educación de la generación más joven no podían quedar sin consecuencias para la familia. Los costos por hijo y la duración del apoyo de los padres aumentaron dramáticamente. Y dado que, paralelamente a estos cambios, la tasa de mortalidad infantil disminuyó con bastante rapidez, también aumentó el número de hijos supervivientes.

    En las nuevas condiciones, educar a los niños y proporcionar el nivel necesario de atención para la salud de los miembros de la familia, y conocimientos profesionales especiales. Se necesitaban instituciones sociales con una infraestructura desarrollada que la familia no podía reemplazar. La respuesta a esta nueva situación en todo el mundo ha sido el desarrollo de sistemas educativos y de seguridad social modernos que atiendan a los familiares discapacitados. Como resultado, incluso las inversiones mínimas en seres humanos han aumentado dramáticamente, mientras que los recursos tanto familiares como comunitarios en los años 1920 y 1930 eran más que limitados. En muchos países comenzó una rápida disminución de la fertilidad; fue una respuesta tanto a la disminución de la mortalidad infantil como al aumento del “costo” de los seres humanos.

    Tener y alimentar a los hijos, que habían quitado décadas de la vida de una mujer, ahora se limitaba a unos pocos años. Además, el período en el que caen estos años se convirtió en una elección de la mujer. Se ha reducido drásticamente el espacio de los deberes biológicos maternos específicos, que ocupaban un lugar considerable en la vida de la familia tradicional. En consecuencia, se ha ampliado el campo de otras funciones sociales libremente elegidas; toda la configuración de la vida familiar ha cambiado dramáticamente.

    En el siglo XXI, hay una mayor selectividad en la búsqueda de un cónyuge a largo plazo. Aún así, existen requisitos más laxos para las parejas sexuales a corto plazo; estos encuentros sexuales no tienen por qué convertirse necesariamente en un matrimonio duradero. Tanto la pareja como el entorno social perciben estas relaciones como una preparación para la boda, que puede estar llena de errores. La edad de inicio sexual cada vez más no coincide con la edad de matrimonio. La evolución de las opiniones sobre la familia en el siglo XXI refleja los procesos objetivos del establecimiento gradual de la familia urbana en el nuevo mundo social y su creciente deseo de independencia. Sin embargo, la búsqueda de nuevas formas de organizar la vida personal de una persona va más allá del modelo familiar tradicional y está lejos de terminar.

  • ¿Por qué deberías tener hijos?

    «Entonces, ¿cuándo vais a tener hijos?» Probablemente sea una de las preguntas más frecuentes entre parejas y recién casados. La mayoría de las veces no tienes respuesta. 

    Esto se debe a que decidir traer otra vida a la relación no es fácil. Se necesita mucha preparación y reflexión para formar una familia.

    Afortunadamente, hay muchos libros, artículos y sitios web llenos de información sobre por qué las personas deberían tener hijos. Y para aportar nuestro granito de arena, aquí te traemos algunas razones de cosecha propia:

    1. Es gratificante: Se necesita una gran cantidad de esfuerzo para criar a un ser humano. Los hijos admiran a sus padres en busca de absolutamente todo, desde orientación hasta nutrición, para comprender la diferencia entre el bien y el mal. A lo largo de la vida de sus hijos, los padres experimentarán muchos momentos diferentes de orgullo. Sin embargo, para algunos padres, el momento más gratificante de todos es saber que su hijo ha crecido hasta convertirse en un adulto cariñoso y afectuoso y un miembro comprometido de la comunidad.
    2. Te conviertes en un experto en multitarea: Todos los padres saben lo importante que es la multitarea; cuando tienes un millón de cosas que hacer a lo largo del día, no puedes concentrarte únicamente en una tarea a la vez. Un padre experimentado tendrá una carga de ropa en la lavadora mientras se cocina el desayuno en la estufa y se remojan los platos en el fregadero. Convertirse en un experto en múltiples tareas no sucede de la noche a la mañana; más bien, es algo que se aprende a lo largo del camino.
    3. Continuar con el apellido: Los apellidos familiares distinguen de dónde vienes. Se cree que la tradición de crear un apellido comenzó alrededor del año 500 a. C. durante la dinastía Han en China. Hasta el día de hoy, la importancia de mantener el apellido familiar está profundamente arraigada en muchas culturas. Si eres hijo único, tener un hijo es la única forma de garantizar que tu apellido perdure al menos una generación más.
    4. Union familiar: Cada aspecto de tu vida cambia después de tener un bebé. Incluso la relación entre tú y tu cónyuge adquiere un significado completamente nuevo. El acto de crear una nueva vida también crea un vínculo único entre vosotros dos.
    5. Aprenderás nuevas habilidades: Cualquier padre probablemente te dirá que tener un hijo le ha enseñado mucho sobre el mundo y sobre ellos mismos. Esto se debe a que los pequeños tienen una manera de mostrarnos el verdadero significado de la vida. Por muy molestas que puedan ser esas rabietas de una hora, por ejemplo, nos recuerdan que debemos expresar nuestras emociones sin importar cuánto queramos mantenerlas reprimidas.